El Camino Secreto – Jose Manuel García Bautista – 6º fascículo – Capítulo 5 – Italia : El Archivo Secreto Vaticano -Templarios

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Mi próximo destino estaría fijado en el país transalpino, y vino motivado por algo que me dijo Javier Sierra en un correo: “en la tumba del papa Inocencio VIII hay una leyenda que  te dejaría sin habla”.

Y efectivamente buceé en el conocimiento de aquel pontífice para encontrar algo inquietante: en su monumento funerario se puede leer “Novi orbis suo aevo inventi gloria, que traducido al castellano es: “Suya es la gloria del descubrimiento del Nuevo Mundo“, esto no significaría nada sino fuera por que Giovanni Battista Cybo, Inocencio VIII  no hubiese fallecido en Julio del 1492 y Cristóbal Colón inició su viaje el 3 de Agosto del mismo año. ¿Cómo era posible que aquel papa supiera donde iba a ir el Almirante? Pero es que el enigma de aquel papa proseguía cuando se lee “muerto en el año del Señor de 1493”. Otra falsedad en ese año era ya papa el español Alejandro VI.

Allí debía encontrarse otra pista más… Y hacia Italia encaminé mis pasos.

Archivo Secreto Vaticano

Llegué a Roma antes de lo previsto, mi vuelo se había adelantado y había ganado tiempo, mi compañero de asiento, un señor de Alicante, decía: “eso es que hemos traído viento de cola” y cierto o no se agradeció aquel espacio de tiempo. Pensé que iría más tranquilo a recoger mi equipaje, corto equipaje, y tomar aliento para iniciar la aventura que me esperaba.

Siguiendo el consejo de mi amigo Antonio Franco decidí llevar contratado el servicio de recogida en el aeropuerto por parte del hotel y me alegré de ello. Está lejos de la ciudad eterna y las combinaciones, por desconocidas, podrían haber sido “liosas”, así que nada más salir allí estaba mi chófer con al cartel que llevaba escritos mis apellidos.

Vaticano Basilica De San Pedro, Misterio y Ciencia en Planeta Incógnito: Revista web y podcast

-”Buongiorno” saludó escuetamente aquel señor con gafas negras y perilla acicalada…

-”Buenos días” respondí, y tras subir al auto me llevó directamente al hotel.

En el camino descubrí lo complejo que puede ser cruzar un paso de peatones en Roma, más que permitirte pasar te esquivan y el peatón debe siempre estar muy atento hacía donde gira el cuerpo… Me hizo gracia por que en España comenzamos a ser iguales que nuestro hermanos italianos.

Pero el viaje a Roma tenía un fin definido, un propósito, y era visitar el Vaticano, admirar su belleza y tratar de buscar lo imposible…

Siempre me atrajo esos misterios que esconde la Biblioteca Vaticana, el llamado “Archivo Secreto Vaticano”, unas amplias salas donde se guarda toda la documentación -pública y privada- de la Santa Sede.

Se le atribuyen kilómetros (65 kms.) de libros si fueran ordenados en fila, más de 150000 documentos y 630 fondos de archivos. En él se recoge casi un milenio de Historia. Acceder a él es “medianamente” simple aunque hace falta acreditarse, está permitido el acceso a la parte pública de Archivo previa solicitud y estudio del Vaticano, aunque cuando uno llega allí por primera vez la primera media hora sólo sabe mirar hacia todos lados, extasiado, por la dimensión, grandiosidad e Historia del lugar, para que engañarnos.

El Archivo Secreto del Vaticano debe su nombre a una deformación del lenguaje, que más hacía referencia al archivo personal del pontífice que controlaba su secretario que a un secreto ocultado de la vista de curiosos y buscatesoros… Fue en el siglo XV cuando se aplicó el termino “secretum” buscando la confidencialidad de determinados documentos, estos eran registrados por el “secretarium” y de ahí el origen de su nombre. Cuando en 1610 Pablo V reúne todos los documentos de la Santa Sede en un sólo archivo y dentro de ese archivo una parte confidencial, o reservada, se acuño el término “Archivum Secretum Vaticanum”.

El proto-archivo comenzó a gestarse en el sigo IV cuando se comienzan a reunir los primeros documentos en San Juan de Letrán, allí se van acumulando hasta el siglo XII en el que se crea el Archivo de Castel Sant Angelo para ese mismo fin. Hay un periodo, por luchas internas en el papado, en el que se pierden documentos pero durante el siglo XIII al XIV son registradas cuidadosamente cartas y bulas, desde Inocencio III. Tras el fueron los Registros Aviñoneses con cartas públicas y cartas secretas del papado, hasta 1415; los Registros Lateranenses y los llamados “de las Súplicas”; están igualmente los Fondos de la Cámara Apostólica; el Archivo Consistorial, los Archivos de la Congregación de Obispos y Regulares, los diferentes Concilios, los Ritos, los Sacramentos, los Archivos de la Sagrada Rota Romana, Archivos de la Secretaría de Estado de las Nunciaturas, Archivos de las Familias Patricias… Estos documentos, y los que no sabemos, son sólo algunos de los que contiene el Archivo General, siempre desde su traslado han permanecido en Roma excepto en 1810 que por orden del emperador Napoleón Bonaparte son llevados a París, se devolverían entre 1815 y 1817, en el camino se perdieron una gran cantidad de ellos…

León XIII en 1881 permite el acceso a áreas determinadas, y documentos determinados del Archivo. El primer historiador que aprovecha el aperturismo papal es Ludwig von Pastor. En 1922 el papa Benedicto XV amplía la apertura del fondo bibliotecario hacía el público dedicado a la investigación. Sin embargo fue Juan Pablo II el 20 de Febrero de 2002 quién decreta que a partir de año siguiente, de 2003, se abrieran a los investigadores los archivos pertenecientes a la época que comprende desde 1922 hasta 1939 y de la Secretaría de Estado Vaticana, siendo archivos de una época delicada para el papado como fue el genocidio nazi y las acusaciones de “benevolencia” que tuvo hacía estos por parte del papa…

¿Pero que contiene éste archivo que sea pieza tan codiciada de investigadores, curiosos y amantes del misterio?

En su interior se da cabida a todo tipo de documentos: actas promulgadas, correspondencia, documentación de la Santa Sede, autos de Fe, documentos históricos… Todo tipo de legajos de otros tiempos de gran valor histórico. Pero además se conservan otros tipos de documentos, reservados de la vista del público, de acceso sólo para las altas instancias vaticanas y que tendrían como argumentos revisiones de procesos inquisitoriales, correspondencia privada del papado de carácter delicado…, y otros retazos que podrían dar un giro a la Historia y a nuestra visión de la Iglesia…

El documento más antiguo que se guarda en su interior data del siglo VIII, y a partir de 1198 la información es fluida hasta nuestros días, sin interrupciones. Entre los más importantes se encuentran:

  • El documento, en pergamino, por el que Clemente V absuelve a la Orden del Temple, fechado en Agosto de 1308.
  • Carta autógrafa al obispo de Cesena en Enero de 1550 teniendo como remitente a Miguel Ángel.
  • Las Actas del proceso a Galileo Galilei desde 1616 hasta 1633.
  • La solicitud de nulidad matrimonial de Enrique VIII al papa y que provocaría el cisma en la Iglesia y el origen del anglicanismo en el Reino Unido.
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El pergamino de Chinon contiene la absolución del papa Clemente V a los Templarios

Pero estos son sólo algunos “light” que han trascendido, en su interior se esconden muchísimos otros documentos de carácter más comprometidos…

Tras salir abrumado del Archivo Vaticano no pude menos que quemar toda aquella adrenalina extasiándome contemplando las maravillas que su interior esconde… Pero sólo hay que saber mirar…

Sus tesoros están a la vista: “obras de Fra Angélico, Sandro Botticelli, Ghirlandaio, Perugino, Pinturicchio, Mantegna, Rafael y del genial Miguel Ángel enriquecen muros y techos de los recintos del Vaticano. El gran palacio que sirve de residencia a los papas data de la época de Sixto V, fue completado durante el reinado de Clemente VIII. Anexos, se hallan los jardines, rodeados por la muralla construida por León IV, en una de cuyas torres se ha instalado el observatorio astronómico. Tal vez la más sagrada reliquia que guarda el Vaticano se halla encerrada bajo el pavimento de la monumental catedral de San Pedro, la mayor de las iglesias del mundo. Ella es la tumba del apóstol Pedro, a quien Cristo encomendó la organización de su Iglesia. Cuando la vieja basílica fue demolida para dar paso al edificio de la actual catedral, la tumba de san Pedro fue lo único respetado. Julio II, que ocupaba el solio pontificio, rehusó firmemente aprobar el proyecto del arquitecto Bramante, porque incluía la remoción de los sagrados restos. El colosal baldaquino de bronce que hoy puede admirarse en el centro de la nave, sobre la tumba del apóstol, lo diseñó Bernini por resolución del papa Urbano VIII. Aloja una reliquia inestimable, una humildísima silla de madera usada por San Pedro. Está depositada dentro de un arca-relicario, sostenida por cuatro estatuas de bronce, también obra de Bernini. Además de los impresionantes tesoros artísticos, el Vaticano posee una de las bibliotecas más valiosas del mundo, con más de sesenta mil manuscritos en lenguas orientales y occidentales; tal vez el más famoso de ellos sea el Codex Vaticanus, del siglo IV d.C., uno de los más antiguos manuscritos sobre pergamino que se conocen hasta la fecha. También forman parte del acervo cultural vaticano las enormes coleciones de arte depositadas en los diversos museos que componen el complejo de Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina”. Decía textualmente la guía que orientaba de forma genérica sobre la grandiosidad del Vaticano.

A modo de especulación se dice que el Archivo Secreto del Vaticano escondería entre sus documentos los archivos referentes a la muerte del papa Juan Pablo I así como la investigación realizada en torno a ella, todos estos documentos estarían guardados en estos archivos en donde ninguna persona, tan sólo el Papa de turno puede acceder.

También se encontraría en su interior un amplio dossier que recogería la entrevista que mantuvo Juan Pablo II con Ali Agca tras el atentado del 13 de mayo de 1982 la entrevista se celebró siete meses después, tuvo un encuentro de 18 minutos con el terrorista. Juan Pablo II dijo en torno a ella: “un secreto que no me pertenece y que debo respetar” como si de una confesión se tratara. De todo ello tuvo que dar cuenta al cardenal Luigi Poggi que habría redactado un informe en donde detallaba los puntos tocados en esa extraña reunión. El documento actualmente se encuentra en los archivos vaticanos y tiene la categoría de Secreto Pontificio, nadie salvo el porpio Papa, puede leer, publicar, difundir o dar a conocer el citado archivo al público. Juan Pablo II dijo sobre el terrorista Ali Agca: “no era más que un asesino a sueldo”, indicando que alguien había pagado para su asesinato…Los nombres y los países involucrados en este atentado internacional estaría en el informe escrito por Luigi Poggi.

Monseñor Stanislaw Dziwisz, secretario personal de Juan Pablo II en la época indicó que a Agca “sólo le interesaba el Tercer Secreto de Fátima” y las profecías del Fin del Mundo.

También estarían contenidos de forma secreta documentos apócrifos, estudios insólitos, documentos del papa Pío XII y sus presuntos lazos con el nazismo en la Segunda Guerra Mundial, sobre este respecto el último investigador en examinar estos archivos fue el historiador John Cornwell, quien publicó el libro titulado “El Papa de Hitler”, muy polémico dentro de la Iglesia Católica.

Más interesante es, sin dudas, esa otra estancia secreta dentro del Vaticano que, dicen, contendría, reliquias auténticas para la Cristiandad como el paño de la Verónica, la Lanza de Longinos, una Sábana Santa, la Menorah judía…, tantos objetos de culto que harían soñar a nuestra imaginación con lo imposible… Las reliquias perdidas y ambicionadas todas reunidas bajo un mismo techo y bajo un mismo secreto…

Un “secreto” Vaticano:

Processus contra Templarios

Uno de los documentos más importantes hallados en el Archivo Vaticano es, sin dudas, aquel mediante el cual el papa encargado de su aparente disolución los exculpaba, en un proceso amañado en el cual el propio pontífice claudicó ante el empuje de Felipe II de Francia por querer eliminar a los Templarios ambicionando su dinero…, de hecho se les consideraba los “banqueros” de Europa y su poder alcanzaba cotas inimaginables.

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Documento facsímil del interrogatorio pontificio a los caballeros de la Orden del Temple, que tuvo lugar en Poitiers (Francia). El documento contiene las confesiones de los 72 caballeros templarios interrogados por el Papa Clemente V del 28 de junio al 2 de julio de 1308. Exposición “Templarios y otras órdenes militares” en la Posada de la Hermandad en Toledo (España). Flicker
 

Quizás el papa fue tan complaciente con el rey de Francia temiendo que éste desviara su crematístico objetivo hacía las arcas vaticanas o sus estados, en un momento en el que las relaciones diplomáticas eran tensas, así pues lo dejó hacer y los caballeros templarios cayeron ante las acusaciones de herejía del monarca galo.

La historia de la Orden del Temple comienza  en Jerusalén, en el 1118 al abrigo de nueve caballeros franceses, entre ellos destacaba la carismática figura de Hugo de Payens. Orden guerrera y militar, pese a todo, cuyo lema era: “Sigillum Militum Xpisti” o lo que es lo mismo: “ “El sello de los soldados de Cristo”, y lo representaban dos caballeros a lomos del mismo corcel. Llamada inicialmente como “Orden de los Pobres Caballeros de Cristo” comúnmente era llamados “Caballeros del Templo de Salomón” y posteriormente “Caballeros Templarios”.

La protección de los caminos de Jerusalén e implícitamente la conquista de los lugares donde tradicionalmente se atribuyen la Pasión de Cristo eran los objetivos principales de la cristiandad en aquella época, por ellos los diferentes papados no olvidaron el papel relevante que en ello jugaron tanto las Cruzadas como las Ordenes Militares surgidas a este fin. Así es como Urbano II, que ostentaba el trono de Pedro –el papado-, convoca la Primera Cruzada que conquista la ciudad santa en 1099, junto a ella pasarían a dominación cristiana Edesa, Trípoli y Antioquia . Y en Jerusalém es Balduino I, en el año 1100, quién se proclama rey. El nuevo rey y parte de sus caballeros se quedan a defender los Santos Lugares y a sus peregrino,  con él los nueve caballeros que fundan la Orden del Temple, gozando estos de los favores reales. Tanto fue el valor y la ayuda prestada por la incipiente Orden que el Patriarca de Jerusalén fue la primera autoridad de la Iglesia que aprobó canónicamente la Orden.

Su indumentaria pasaría entonces a ser temida y respetada, era característico su manto blanco que simbolizaba la inocencia y la pureza y sobre él, destacando, una cruz paté roja que simbolizaba su promesa y su martirio. Recaudaron numerosas donaciones por toda Europa y en su primera “promoción”  ya eran más de 300 caballeros templarios. El propio San Bernardo de Claraval apoyó fervientemente los ideales de la Orden ante noblezas europeas y ensalzó los valores e ideales de la Orden. En poco tiempo ya tenían un notable peso en toda Europa recibiendo incluso bulas papales.

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Hugo de Payens, óleo sobre lienzo del siglo XIX – Colecciones Chateau Versailles

La fuente de financiación siempre fue un motivo de preocupación para los caballeros templarios, sin embargo las donaciones, favores reales, bulas papales y nobles que se iban anexionando a la causa templaria hizo que se formara un auténtico sistema socio-económico. No sólo gozaban de una increíble salud económica sino que además se permitían el lujo de ser “prestamistas” y banqueros de otras órdenes, causas militares, reales y papales… Fueron los banqueros de Europa durante el tiempo que la Orden tuvo vida. El poderío era tan notable que incluso le hacía disponer de flota con puerto propio en La Rochelle (Francia) y red de abastecimiento, todo un lujo para aquella época que también delata la aguda inteligencia de sus gestores.

Transcurrido un siglo de su fundación ya eran más de 30.000 caballeros templarios, en Europa eran incontable sus propiedades, económicamente eran más poderosos que algunos de los más influyentes reinos de la época.

No todo eran parabienes y en el empuje de Saladino les hace perder Jerusalém, en 1244 retroceden y establecen su nueva base en  San Juan de Acre, con las también órdenes religioso-militares de los Hospitalarios y los Caballeros Teutónicos.

El lema de la Orden era sintomático: “Non nobis, Domine, Non Nobis, Sed Nomine Tuo Da Gloriam” que quiere decir: “No para nosotros, Señor, no para nosotros sino en Tu Nombre danos Gloria”. Allá donde es encontraba este lema se encontraba y encuentra en enclave templario…, quédese con esta nota…

Con los Templarios también surge el mercado de las reliquias, fueran originales o no, así en Saidnaya, a unos 30 kilómetros de Damasco, de su Virgen decían que emanaba un líquido milagroso. Sabiendo esto los templarios envasaban aquel líquido oleoso y vendían por Europa junto a numerosos fragmentos del “Lignum Crucis” ,todo un ejemplo de “merchandising” en la época.

Comenzaron no obstante los tiempos más difíciles de la Orden del Temple, tras varias cruzadas ya no interesaban tanto los santos lugares y su Gran Maestre, Jacques de Molay se afanaba en convencer a los monarcas europeos de la necesidad de las funciones de estas órdenes militares entre otro temas socio-político-económicos. El declive comenzó justo cuando el rey de Francia, Felipe IV “El Hermoso” (que no lo era tanto) descubre que el “agujero” económico que había contraído era muy superior a lo que podía  pagar, sobre todo tras el rescate que debió pagar para rescatar a su abuelo Luis IX tras caer en manos musulmanas en la VII Cruzada. Así se las ingenió para convencer al Papa Clemente V, máxima autoridad sobre los Templarios, para que iniciase un proceso contra los templarios. Como hechos denunciables se les acusó de sacrilegio contra la cruz, herejía, sodomía y adoración de ídolos paganos como Baphomet que para muchos no será más que el rostro de la Sábana Santa… Con Felipe IV y el Papa Clemente V se encontrarían haciendo frente común contra la orden templaria personalidades como el canciller del reino, Guillermo de Nogaret, en Inquisidor General de Francia, Guillermo Imberto o “de París” y Eguerrand de Marigny, quien se apoderará y administrará todo el tesoro del Temple en nombre del Rey.

El 13 de Octubre de 1307, el último Gran Maestre de la Orden del Temple y 140 caballeros fueron apresados y encarcelados, bajo tortura se declararon culpables y condenados a muerte. El 18 de Marzo de 1314  era quemado en la pila inquisitorial, tras uno de los procesos más sucios e interesados de la Historia, de nada sirvió que muchos caballeros se retractaran de su confesión tras haberla realizado tras ser torturados. Jacques de Molay, junto a Geoffroy de Charnay y sus últimos caballeros fueron quemados vivos frente a la catedral de Notre Dame proclamando su inocencia y, misteriosamente, lanzando esta maldición a sus acusadores: “Malditos, seréis todos malditos, hasta la decimotercera generación”… Poco tiempo después de lanzar la misma, el 29 de Noviembre de 1314 fallecía en Fontaineble el capeto Felipe IV. El manipulable Clemente V lo hizo meses antes, en Avignon, un 20 de Abril de 1314… La maldición se había cumplido.

Algunos caballeros templarios pudieron huir desde el puerto de La Rochelle a otras zonas seguras en las que gozarían de mayor protección, incluso se apunta a que con ellos se habrían llevado parte de los fabulosos tesoros templarios de los que tan poco se conoce y tanto se ha fabulado. Se habla que pudo ser llevado al castillo de Arginy en Beaujolais, pero el tiempo demostró que allí no había nada…o al menos aún no se ha encontrado. También se habla que pudo ser llevado al castillo de Gisors, cerca de París, en 1944 el jardinero Roger Lhomoy excavó un túnel en ese túnel encontró unas viaja capilla románica con casi una treintena de cofres llenos de oro. Nadie atendió el hallazgo del jardinero pero, por si acaso, la zona pasó a dominio militar en 1964…

Aquellos templarios huidos pasaron a diferentes zonas de la vieja Europa, en España ya estaban asentados desde el 1130. En 1134 Alfonso I de Aragón lega en su testamento su reino a la Orden del Temple, aunque finalmente la corona de Aragón pasaría a Ramiro II. Pese a todos los templarios colaboran denodadamente en la Reconquista y en 1143 reciben como recompensa los castillos y tierras de Monzón, Mongay, Chalamera, Barberá, Remolins y Corbíns, junto con la honor de Lope Sanz de Belchite. Tortosa y Lérida llegan a manos templarias en 1148 y en 1153 Miravet. Su importancia para la corona de Aragón fue sumamente importante y sus lazos con otros reinos “españoles” serían cada vez más estrechos y evidente.

En Castilla repoblaron las zonas conquistadas y lucharon junto a los reinos de Castilla, Navarra y Aragón en la batalla de Las Navas de Tolosa en el 1212. Quizás su plaza más importante fuera la de Jerez de los Caballeros en Badajoz (Extremadura), plaza recibida como agradecimiento por la ayuda prestada durante la conquista de Murcia en 1265, además del castillo de Murcia y Caravaca. En Jerez de los Caballeros encontramos la historia  que dice que tras el proceso contra la Orden del Temple los templarios resistieron y en la lucha murieron degollados todos los caballeros y a su torre de la llamó como la “Torre Sangrienta” , uno de los baluartes de la muralla de la ciudad templaria. Habría que añadir a la desaparición de los templarios en la península ibérica dio lugar a la inmediata y extraña aparición de órdenes no prohibidas como la Orden de los Frates de Cáceres, Montesa, Calatrava o de Alcántara…

El jueves 25 de octubre de 2007  responsables del “Archivo Vaticano” publicaron el documento “Processus contra Templarios”, que recopila el Pergamino de Chinon, o las actas de exculpación del Vaticano a la Orden del Temple. Los documentos que usó el  Tribunal Papal para “condenar” a los templarios se hallan en el denominado “Archivo Secreto del Vaticano”. En el año 2001 la investigadora Bárbara Frale hizo una trascendental revelación que demostraba qué: Clemente V no creía culpables de las acusaciones realizadas a la Orden del Temple. Su Gran Maestre junto al resto de los caballeros procesados fueron absueltos por el Papa Clemente V. Jamás se disolvió, papalmente, al Temple sino que quedaron temporalmente suspendidos. Clemente V negó del rey de Francia contra el Temple. Aborreció las confesiones falsas obtenidas bajo torturas a los caballeros del Temple.

Sin dudas una apasionante historia que parece ficción y que es una realidad histórica.

Aquella noticia me impactó, era el mediodía del 5 de Octubre de 007 mientras me encontraba enfrascado en la solución de un criptograma del medievo cuando en la radio escuché: “El Vaticano exculpa de herejía a la Orden de los Templarios”. Casi no podía creer lo que estaba escuchando, navegué por internet pero aún no había colgado nada de la red, de la autopista de la información del siglo XXI, tuvo que ser en la tarde noche cuando pude ampliar la noticia gracias a la edición digital de un periódico, decía así:

El Vaticano exculpa de herejía a la Orden de los Templarios VATICANO, 05/10/2007 ( 20M. / ACPress.net)


El Vaticano va a publicar un libro que aportará una nueva perspectiva sobre el juicio que acabó en la desaparición de los Caballeros Templarios, una orden militar religiosa medieval disuelta por el Papa Clemente V en 1314 bajo la acusación de cometer herejía.


Fundada en 1118 en Jerusalén con el objetivo de extender “la paz de Dios” y recuperar la ciudad santa de los musulmanes, pasó de defender los intereses papales a ser considerada hereje y sacrílega.

CLAVE DEL MISTERIO: EL “PERGAMINO DE CHINON”


El documento conocido como “el pergamino de Chinon”, recoge los detalles del juicio de la herejía que se les atribuye a los Templarios. El oficial que lo encontró asegura que el documento libra de cualquier culpabilidad a esta orden militar.


La profesora Bárbara Frale asegura que deja al descubierto los rituales y ceremonias en los que se basó la acusación de herejía: escupir a la cruz de Cristo, negar la existencia de Jesús, mantener relaciones homosexuales… ya que confesiones de este tipo fueron logradas bajo tortura.


Uno de los que confesó fue el líder de los Templarios, Jacques de Molay. Que acabó siendo quemado en la hoguera de París en 1314, año en el que se disolvió la orden.


EL PAPA PIDIÓ PERDÓN DE LOS TEMPLARIOS


Sin embargo, según la profesora Frale, los Templarios no fueron herejes, como se ha creído durante 700 años. De hecho, el Papa fue obligado a solicitar su perdón.

El documento contiene la absolución impartida por Clemente V al último Gran Maestre del Temple, Fr. Jacques de Molay, y a los demás jefes de la Orden después de que estos últimos hicieran acto de penitencia, solicitaran el perdón de la Iglesia y fueran reintegrados a la comunión católica y readmitidos para recibir los sacramentos.

 
Los detalles que cambiarán el rumbo de la historia de los Templarios será publicado en el libro “Processus contra Templarios”, que se publicará el próximo 25 de Octubre.

Y así el mundo dio buena cuenta de una nueva infamia perpetrada en nombre de la Fe y al servicio de la economía… Me pregunto, ¿cuantos documentos de éste tipo esconderá este magnífico archivo Vaticano aún por descubrir y olvidados en el tiempo que le den un vuelco a la Historia? Imagino que demasiado…

Continuará…

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